paparruchas

Y ya no sé si merece la pena pensar en ti. Recordarte.

Porque seguramente tú ni siquiera pienses ya en el tacto de mis piernas bajo la palma de tus manos.

Seguramente ya no se te estremezca el alma al recordar mi piel ardiendo entre tus labios.

Probablemente no quedamos ni nosotros. Las únicas que conservan los recuerdos son aquellas cuatro paredes.

Y ya no nos queda nada. Sólo imágenes solitarias que se presentan de la nada cuando menos las queremos.

Sólo tu saliva resbalando por mi entrepierna.

Sólo la sensación fantasma de tu pecho contra mi espalda.

Sólo tu puta imagen trepando por mi vientre.

Y es que allí sólo queda tu ausencia. La nuestra.

Y lo peor de todo es que empieza a importarme menos que una mierda.

No hay comentarios: